Mujer de ensueño.
La sensación q tuve por ti fue única, tan solo en una noche te ame, te ame como hace mucho no amaba, libre, sin pensar, ni medirme. Te ame, tan simple como eso.
Vi tus ojos y sentí como me miraban y descubrí que tu mirada expresaba más de lo q tu vista me decía. Vi tus labios ser mordidos por tus dientes, y los envidie, ellos probaban esa boca que emanaba respeto y dulzura, vi como la sangre llegaba hasta tus mejillas enrojeciéndose tras mis palabras, palabras de decisión, palabras que decían más de lo q quería decir. Palabras que parecían ser correspondidas con cada una de tus sonrisas, todo era perfecto, leía todas las expresiones de tu cuerpo y a cada segundo que pasaba, mis palabras daban el efecto que deseaba y me acercaban mas a vos. Tu presencia hacia que mi tiempo se detenga, que mis inhibiciones desaparezcan y mis palabras terminen diciendo aquello que quería decirte desde el principio.
¿Me das un beso?, dije, Una pequeña pregunta q no dudaste en responder, reíste con el sonido más angelical q escuche y al terminar dijiste un tímido si que pareció llenar con su eco los recodos más oscuros de mi alma. Un pequeño sí que mis oídos apenas escucharon pero que en mi alma pareció escucharse como el grito de cuatro gigantes. Y luego de reaccionar ante tu respuesta apoye mi mano en tu cintura y la otra en tu espalda, acercándote suavemente hacia mí. Mis manos se sentían felices, tibias, parecía q era la primera vez que sentían, que simplemente estuvieron en mi cuerpo preparándose para ese momento. Tus pequeños pechos se apoyaron en el mío estremeciendo todo mi cuerpo, haciendo todo más perfecto aun. Dándome el temor de arruinar dicho momento. Y luego vino el beso. Fue mágico, místico y fantástico. La palabra perfección es poca cosa para describirlo y no creo que haya palabra en algún idioma del mundo que lo haga alguna vez. Fue tanto que Logro dejar en mí, una gran huella en mi memoria, fue el mejor beso que jamás tuve.
Fue el beso q una vez soñé. Un beso que solo tuve en un sueño, una mera ilusión de la realidad, una efímera sensación que imitó lo que alguna vez pudo ser.Pero cuando desperté aun te amaba. Y aunque solo recordaba el sueño, tu cara y tus bellas expresiones no eras nada más que eso. No sabía quién eras y si alguna vez te conocí.
Hoy después de mucho tiempo, después de varios meses de ese día que desperté sintiéndote aun en mis labios, te cruce en el colectivo. Y lo único que hice fue mirarte y dejarte pasar.
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